El café en Panamá es incomparable. Casi ningún otro tipo de café tiene un sabor tan agradable como el de la "Geisha". Esto está garantizado por las numerosas pequeñas empresas familiares del país, que cultivan el café con mucho conocimiento, pero sobre todo con pasión.
Un país de caficultores
Para obtener un producto de alta calidad y agradable que goce de reconocimiento mundial, se necesita una cosa en particular: caficultores que persigan el objetivo de hacer el café cada vez mejor. Esto está garantizado, entre otras cosas, por una gran educación, que enseña a la gente de Panamá a cultivar café desde el principio. Aprenden a cultivar y cosechar el café ya durante su formación.
Los recolectores de café pueden vivir bien con sus salarios, que no son comparables con las condiciones alemanas. Pueden ganar hasta 12,50 euros por día en este trabajo, lo que sólo pueden hacer durante los tres meses del período de cosecha. Se estima que el país tiene unos 300 agricultores que viven del cultivo.
Calidad que vale la pena
Los agricultores de Panamá no se comprometerán. Cuidan meticulosamente de que la calidad del producto siga siendo incomparable y, sobre todo, muy buena, quizás incluso en crecimiento. La protección del medio ambiente es un criterio importante aquí. Ningún agricultor quiere destruir el país talando los bosques para lograr el mayor rendimiento posible.
Los agricultores siguen el objetivo de la sostenibilidad, que es esencial tanto en el cultivo como en la cosecha y la elaboración. Utilizan poca agua para lavar los frijoles, y el fertilizante natural se obtiene de las sobras del procesamiento.
La inspección de calidad se sigue realizando in situ. Los granos defectuosos se clasifican directamente, los granos de alta calidad se tostan como muestra y finalmente se prueban durante la degustación del café en cuanto a aroma, acidez, cuerpo y sabor. Sólo si todos estos criterios se consideran excelentes es señal de que el galardonado café "Geisha", que es uno de los mejores cafés del mundo, ha ganado incluso varios premios.
El sabor tiene su precio
La producción justa que sigue la protección del medio ambiente y no explota a los empleados tiene su precio. El café "Geisha" se cultiva en enormes plantaciones situadas en las tierras altas de Panamá. Es precisamente esta ubicación privilegiada lo que hace al buen café. Se dice que por este tipo especial de café se pagan hasta 300 dólares por libra. En la tienda puede ser hasta 200 dólares menos, pero aún así puede tener que pagar hasta 100 dólares.